Exposición "América desde Adentro"

Exposición de Julie Sejournet

Es una serie de imágenes tomadas durante un viaje de siete semanas en Estados Unidos, en el año 2019. Se centra, esencialmente, en la cotidianeidad de los norteamericanos. La autora, curiosa por naturaleza y amante de los viajes, descubre este país por primera vez. Julie Sejournet se identifica con la generación de los millennials, quienes rechazan la idea convencional del turismo desvinculado de la experiencia endémica y prefieren internalizarse en la realidad del lugar que visitan.

Aquí la experiencia consistió en alejarse lo más posible de la vista del puente de Brooklyn, de las filas de espera del World Trade Center, de la visita del Rock and Roll Hall of Fame, del centro histórico de Boston, de los yellows cabs, de los museos repletos cual sea la hora del día y el periodo del año, de los restaurantes para turistas, de los lugares célebres por el cine y la literatura, de la fascinación que Estados Unidos ejerce en el resto del mundo. Se trata de trascender a los clichés, de descubrir el país tal como es realmente, evitando todo lo ya visto, lo ya conocido, lo ya dicho, los lugares comunes.

La instancia comprendió un viaje en solitario de siete semanas, intentando vivir lo más posible como los norteamericanos: hospedándose en sus casas; comiendo en lugares donde los empleados no reciben sueldo, esperando buses que no llegan en terminales en mal estado; teniendo conversaciones enriquecedoras junto a personas que no nacieron ni morirán en Estados Unidos, visitando junto a ellos sus lugares favoritos; descubriendo un país caracterizado por sus fuertes inequidades sociales y económicas, pero en el cual, a pesar de todo, es posible encontrar gente buena y llena de humanidad.

Finalmente, significó caminar durante días para sumergirse en el tema, entender lo qué caracteriza a la cuidad, encontrar la mejor luz y la mejor composición, fotografiar a los norteamericanos discretamente, hacer cientos de tomas de clichés y conservar solo una decena de ellas, percibir por casualidad un rayo de luz en un callejón oscuro. Ser fotágrafa de calle no es solamente entender cómo funciona una cámara ni saber de composición, es también estar sola en medio de la multitud, es estar sin ser vista, ocupar la fotografía para revelar aquello que devino habitual entre quienes habitan ese lugar. Para una fotógrafa de calle, un cuarto de segundo basta para que la imagen sea buena o mala.

Este road trip, que en principio era un simple viaje en solitario, se transformó poco a poco en el inicio de un descubrimiento, tanto en el plano personal como en el fotográfico. Difícilmente se puede ser la misma persona después de un largo viaje consigo misma, y sobre todo después de haber hecho tan bellos encuentros. Un largo viaje en solitario es una de las mejores maneras de crecer, sea cual sea nuestra edad. No puedes ser la misma fotógrafa cuando pasas años fotografiando los contrastes de una buena parte de las ciudades europeas y que, de repente, te encuentras frente a la luz, al espacio y a los colores propios de Estados Unidos. Ciertamente, el estilo no cambia, pero una fotógrafa que ha pasado años usando el blanco y negro para dar cuenta de su visión de las cosas puede, por ejemplo, comenzar a darle más espacio al color y a los sentimientos positivos, para así empezar a confiar más en sí misma y lanzarse en busca de nuevos horizontes.

Y esto es lo que le ocurrió a la autora de este reportaje.

Gestión: Verónica Besnier